sábado, 18 de agosto de 2007

Placeres de la vida...parte 2

-Escuchar música
El otro día, mientras me bañaba estaba escuchando la radio. En uno de los cortes comerciales, se escucha la publicidad de la misma radio y decía algo así como:
“ Estás en la estación esperando el tren. Hay cientos de personas esperando ese mismo tren, como tú. Hace 20 minutos que debería haber venido... Sabes que lo más probable es que no consigas asiento, pues sigue llegando gente a la estación. Pero no te importa. No te importa porque tú tienes la música. Enciendes tu mp4 y ya nada te importa... (...)”
Inmediatamente pensé “es verdad!” y realmente, coincido con esa publicidad. A veces ni me importa viajar aplastada contra una ventanilla, parada, cargando una mochila pesada. A veces no me importa caminar más de 20 cuadras, no me importa que haga frío y no me importa que haga calor. O que llueva. Y todo eso porque llevo mi mp3 y voy escuchando música. Música que yo misma seleccioné y que para mí, es maravillosa.
Escuchar música es algo muy bonito, y creo que sin la música yo no podría vivir. Para limpiar la casa necesito si o si música, para bañarme, si es posible, también. Me gusta también compartir música que yo considero buena, decir :”escucha que buen tema, escucha esta letra, escucha la voz”, porque a veces escuchar una buena canción y no poder compartirla le quita sentido.
Eso sí: no puedo concentrarme, leer algo importante si estoy escuchando música. Para estudiar escucho música ambiental, tipo chill out, o jazz.... es decir, que nadie cante para no desconcentrarme.
Es inevitable no identificarse con algún tema, o que un tema te recuerde a alguien o a algo, o a alguna situación pasada. En mis momentos de depresión, la música triste me hace llorar, por eso es que puse en práctica el método de pensar que la historia que cuenta el cantante le sucedió a él y no que soy yo la protagonista de la historia y la que está sintiendo eso.


-Leer un buen libro
No hay nada más bello y placentero que leer un buen libro, no? No sé, a mí, por lo menos, me encanta leer. Me gusta mucho cuando me engancho mal con un libro, a tal punto que lo leo mientras como, mientras viajo; me quedo leyéndolo hasta las tres de la mañana. También me parece imprescindible tener un lápiz a mano mientras leo ese buen libro, de modo que puedo subrayar frases, redondear el número de alguna que otra página, marcar citas. (Hay gente que odia escribir libros, yo sólo “señalo” aquello que me parece necesario remarcar, no vaya a ser que arruino el libro. Y ni hablar de libros ajenos)
Los buenos libros siempre me dejan la sensación, al terminar de leerlos, de estar todavía metida en la historia. Me suele pasar que me quedo pensando en los personajes, en su forma de ser, en las distintas situaciones que atravesaron a lo largo del libro...

-Rascarse
Aquí hago referencia a la acción de rascarse literalmente, no de aquella expresión referida al no hacer nada. (Ya sé que van a ser groseros y van a imaginar QUÉ parte del cuerpo es de la que hablo cuando digo que nos rascamos) En fin, lo que quiero decir es que es altamente placentero rascarte la pierna, el brazo, la cabeza, ETC, cuando te pica mucho mucho. Es algo muy tonto y muy básico lo que estoy diciendo acá, pero es placentero o no?

-Bañarse
Que lindo bañarte, estar limpito/a, perfumadito/a...que paz meterte bajo la ducha, ponerte el shampoo, después la crema enjuage, enjabonarte... Por mi parte tengo un ritual riguroso a la hora d bañarme, hago exactamente lo mismo cada vez: me pongo shampoo, me lavo bien la cara, las orejas, el cuello...me saco el shampoo, me pongo la crema enjuage...me lavo bien el cuerpo, me pongo el exfoliante...etc! es imprescindible seguir siempre los mismos pasos. También tengo una afición importante a las cremas: me hago baño d crema, crema para rostro, crema para manos, crema para el cuerpo, crema reafirmante...es una obsesión muy placentera.

-Los hombres
Me acuerdo de la primera vez que empecé a mirar a los hombres con “otros ojos”, con ojos más libidinosos, por así decirlo. O sea, uno cuando es pequeño puede decir que siente una “atracción” hacia el sexo opuesto, pero es una atracción distinta... no sé. No sé que año era, pero si sé que me empezó a gustar, lo que se dice gustar, el jugador este de volley...marcos milinkovich (o como se escriba). Hoy lo miro y no me parece lindo para nada, pero en ese momento, en mi mente inocente (¿) este señor deportista despertó en mí el apetito sexual. Me acuerdo de mirarle el cuerpo y decir: “opa! Qué lindo! Jejejeje”. Ahí empezó todo.
Había momentos en que pensaba que el cuerpo humano era muy desagradable, hoy ya no es así. Si tengo adelante mío un ser de sexo masculino “bello”, “atractivo” o como quieran llamarle, empiezo a apreciar cada detalle mínimo de su cuerpo. Particularmente me vuelven loca los hombres de cabello corto..tirando a rapaditos (tengo también una particular obsesión por los pelados. Pero los pelados pelados, no los q tienen una aureola) Me gusta el pelo corto de los hombres porque no hay nada que me guste más que acariciárselo. (Especialmente en la parte d la nuca). Me gustan los ojos d los hombres (hubo una época, muy reciente, que estaba obsesionada con los chicos que usaban anteojos), la boca (si es d labios finos mejor), la barba.. (una barbita linda, no onda Fidel Castro, por dios no) las manos...ay las manos! Me vuelven loca las manos, loca loca. Loca mal. (Las manos me pervierten completamente)
La espalda (espaldota jeje)..el pecho..las piernas..todo, bah.
(Hay que saber apreciar)