domingo, 18 de febrero de 2007

Una lección de vida


“(..) Borzone frunció el ceño, curioso.
- La base del matrimonio, Borzone… - recitó lentamente el profesor-, la base del matrimonio, es la infidelidad.
Borzone se quedó callado, acompañando el silencio de Reiner quien daba tiempo, con esa pausa, a que el impacto conceptual de sus palabras drenara perfectamente a través de la corteza cerebral de su interlocutor.
- Sin la infidelidad, Borzone – prosiguió Reiner -, el noventa y nueve por ciento de los matrimonios volaría en pedazos a los pocos años de convivencia. Sin esos escapes de presión, sin esos paseos, minúsculos tal vez, por las regiones de la variedad y el cambio, ningún hombre, al menos, soportaría la rutina y el aburrimiento. Sin esos atisbos de libertad, sin esos engaños, esos remedos de independencia, nadie podría aguantar la repetición, los días calcados, la cadena de montaje. Porque, además, Borzone… - el Profesor juntó los dedos de su mano izquierda frente a sus labios como buscando una palabra, o fuerzas para decirla-, ¿quién carajo dijo…? – golpeó con la palma de la mano sobre la mesa en un estallido iracundo que sobresaltó a los presentes-, ¿Quién carajo estableció que un hombre tiene que tener sexo con una sola mujer? ¿Quién lo dijo, Borzone?
El muchacho pestañeó repetidas veces. No sabía muy bien si se trataba de una pregunta o si era solo una pausa efectista del Profesor en su discurso.
- Bueno… - se animó a silabear-, uno de los diez mandamientos dice: “No desearás a la mujer del prójimo”…
Reiner lo miró con infinita condescendencia.
- Borzone… Borzone… - suspiró-, yo pensaba que estaba entre gente inteligente. Francamente. Que Dios le conserve esa ingenuidad de niño. Esto es como si a mí, a mí, me notificaran que el Club Atlético Provincial ha dispuesto que los socios no tengan acceso al natatorio…
Borzone lo miró, inquisitivo.
- Y yo no soy socio del Club Atlético Provincial, Borzone – sonrió forzadamente el Profesor-, Yo no soy socio del Club Atlético Provincial, ni nunca lo he sido. (…)”





"Una lección de vida" de Fontanarrosa.
Leer este cuento + experiencias pasadas = una futura mujer infiel.
Es así, es triste, es malo, pero no puedo evitarlo. Parece que la infidelidad pisa fuerte en mi. (Hay que ver si la llevo a cabo, por lo pronto es una manera de ver las cosas)
En "El país de las sombras largas", los inuits tenían la costumbre, como forma de cortesía, de compartirse las mujeres. Los hombres las intercambiaban para "reír" (acostarse) con ellas, era una cuestión de educación y de muestra de respeto hacia el otro. Estos hombres no conocían la "palabra de Dios", la misma que menciona Borzone. Son culturas, formas de vida, creencias, que sé yo...
Para mi Reiner tiene toda la razón igual. El mundo no es color de rosa...